Sobre mí
Me llamo Virginia y nací en Cádiz. Soy la mayor de tres hermanos y también de mis primos. Toda mi familia es de la Tacita de Plata y fui la primera en salir de sus murallas para estudiar y conocer mundo.
Me licencié en Periodismo en la Universidad Pontificia de Salamanca, donde viví los mejores años de mi juventud. Allí aprendí, sobre todo, de la universidad de la vida, y conocí a las personas que formaron la primera familia que elegí, mis amigos. Durante esa etapa revolucionaria e intensa donde me formé y crecí, surgieron las primeras colaboraciones y una beca en Antena 3 Andalucía que me abrió las puertas de los medios y donde fui muy feliz. Después, llegó el primer trabajo remunerado en televisión y de ahí hasta hoy, un sinfín de productoras y contratos.
Como siempre me ha gustado ganarme la vida por mis propios medios, me he reinventado una y otra vez para sacarme unos euros: hice de peluquera y esteticista de mi abuela, poniéndole los rulos y haciéndole la manicura con 12 años, por cariño y por 200 pesetillas, una fortuna en esa época; de profesora de refuerzo, dando clases de inglés o lengua a niños en verano; también he trabajado planchando camisas en la universidad y poniendo copas en varios locales de moda, y ahí descubrí que la noche no era lo mío. Además, en un parón obligado en la profesión cuando ejecutaron el ERE de Telemadrid, colaboré con mi cuñada para montar un pequeño negocio de calzado de bebé, que después compatibilicé con la tele. La imposibilidad de vivir las dos en la misma ciudad hizo que termináramos desvinculándonos de aquello, pero aprendí que soy capaz de sacar adelante lo que me proponga, con esfuerzo e ilusión.
He cruzado los pasillos de varias cadenas de televisión y puedo decir que he hecho casi de todo. Me quedaba, dentro de mis prioridades, tener un hijo. Tras unas cuantas relaciones que no llegaron a buen puerto, me puse a ello a finales de 2014, con un tratamiento de fertilidad para ser mamá sola, aunque mi embarazo no llegó hasta 2017, como un huracán de felicidad.
Fueron unos meses preciosos, una época brillante y de mucha luz. Con varios sobrinos recién nacidos y otra pequeña en camino, soñábamos con ver crecer a todos los primos juntos. Hasta que Uriel se paró dentro de mí en la semana 39, sin ninguna razón que la medicina conozca, llevándose con él mi alegría.
Por él he creado este blog. Hasta el 23 de enero de 2018, cuando mi hijo se fue, yo no había oído hablar de la “muerte perinatal” y ahora tengo una necesidad de hablar de ello y contar cómo fue la vida de mi bebé estrella, aunque nuestra historia sólo durase 9 meses. Lo que no se habla parece no existe, y existieron nuestros bebés y existimos nosotros, somos mamás y papás aunque tengamos los brazos vacíos. Y si alguien que está perdido llega hasta aquí y se siente acompañado, sabré que he sido capaz de transformar todo el dolor en algo útil, y eso también me reconforta a mí.
Aquí os iré contando mis vivencias, hablando de mi hijo y de mí. No voy a estar sola en esta aventura. Tengo a los míos, os tengo a vosotros y tengo a mi bebé estrella.
Gracias, Uriel, por iluminarme el camino.
26 Comentarios
Mariam
Hola Virginia! Me entristece tu historia y a la vez me reconforta ver tu ánimo y fuerza. Yo tengo un bebé estrella, ya van 14 años soñandolo. Mario no nació me faltaban días para salir de cuentas y decidió el destino jugarme la peor pasada de mi vida. Mi primer hijo mi primera ilusion en fin tu ya sabes. Deje de sentirlo y fui al hospital donde todavía había latido, pero no era el suyo era el mío reflejado en el cordón . Era el dia 11 de octubre sobre las 10 y poco de la noche cuando decidieron hacerme una cesárea porque algo no iba bien. Allí sola en quirófano sin mi marido escuché las peores palabras de mi vida: el bebé viene muerto!. Jamás en mi vida imaginé q esto me pudiera pasa, pero por desgracia así fue. Las horas,días y meses siguientes fueron muy tristes y sin consuelo, me faltaba mi Mario mi niño mi tesoro. Estuve muy aropada por todos los mios y sin olvidarme también de lo q sufrió mi marido q estuvo a la altura de todo y aguantandose su rabia y dolor se volco en mi. Despues de 4 meses me quede embarazada de nuevo y al año y 15 dias nacio Lucia en ella busque su sonrisa sus ojos pero mi niña no iba a reemplazarlo el siempre estará en mi porque su vida se formó en mi y se quedo en mi. Yo no pude verlo ni abrazarlo mi equipo médico así lo decidió por mi bien. Creo q se equivocaron porque yo quería abrazarlo y despedirme de el. Mi marido si lo hizo porque así lo decidieron en esos momentos las personas profesionales q allí se encontraban. Siempre sueño con ese abrazo q nunca le di. A los 4 años me volví a quedar embarazada y tengo otro niño precioso Marcos q junto a Lucía son mi vida, pero siempre en mi esta Mario mi ángel el q siempre nos cuida. Gracias por hacer q esto se escuché y se hable porque se sufre demasiado y la gente no es cosciente de el dolor q causa. Ánimo Virginia con el tiempo es más llevadero pero no te voy a engañar, siempre está ahí.
Virginia del Río
Hola Mariam, gracias por contarme tu historia. Yo ya sospechaba desde el primer día que esto sería algo que vendría conmigo para siempre. Y sabes qué? En realidad no quiero que se me olvide ni quiero que su hueco lo ocupe nadie. Es suyo para siempre. Te mando un abrazo grande y otro para tu estrella Mario
María
A mi me pasó lo mismo con mi pequeño Juan y, aunque lo cierto es que no te queda otra que seguir adelante, nunca se supera. Pero es lo que tú dices, uno nunca se muere mientras se le recuerda. Yo lo que he sentido es mucha incomprensión que me ha hecho mucho daño, porque hay gente que piensa que si no ha nacido aún no es nada y no entienden el sentimiento desgarrador que tienes pero, para nosotras, desde el primer momento que sabemos que están ahí son lo más importante y nuestro mundo gira alrededor de ell@s. Mucho ánimo y precioso cómo lo cuentas.
Virginia del Río
Pero nosotras sabemos que sí son, que sí eran. Y, lo más importante, eran nuestros hijos, y eso es para toda la vida. Un abrazo gigante y gracias por tu comentario, María