Tengo una estrella. Un bebé estrella.

Que nació y murió dentro de mí.

Al que no pude acunar y que se fue antes de poder tocarlo.

Nos conocimos en el hospital, en una visita a mi ginecólogo. Le miré y me enamoré. Le miré y sentí que toda mi vida cobraba sentido en ese instante.

Un instante que duró 9 meses…

Se llamaba Uriel y su corazón dejó de latir en la semana 39 de gestación, llevándose parte del mío.

Uriel, mi bebé luchado.

Uriel, el sueño de mi vida.

Tardó en llegar y llegó sano, guerrero como su mamá, fuerte. Un embrión que se aferró a la vida a la primera y dejó a los médicos sin argumentos para las estadísticas a partir de los 40.

Pero se fue. Sin razones que justifiquen esta ausencia. Sin nada a lo que aferrarme para disculpar a la mala suerte. Se fue y convivo con la certeza de que nadie sabe qué pasó. Sólo que no está conmigo y que no imaginaba que tendría que aprender a caminar de nuevo.

Su muerte derrumbó mis cimientos. Fue un golpe inesperado. Su existencia me anclaba al mundo. Perdí todas mis herramientas personales y me volví pequeña e indefensa.

Si estuviese aquí todo sería distinto. Si estuviese aquí solo importaría lo importante.

Ahora Uriel vive en el arcoiris de los bebés y yo fantaseo con la idea de que desde allí puede verme, y eso me ha ayudado a levantarme este tiempo.

Y su luz es tan poderosa que hace que podamos hablar de él y recordarle con una sonrisa. Solo estuvimos juntos 9 meses, pero el amor es para toda la vida.

He llegado hasta aquí gracias a mi hijo. Aunque me gusta escribir, antes no me había planteado crear un blog. Sin embargo, ahora tengo cosas que contar. Por mí, por él, por la vida que no pudimos compartir. Por todas las mamás y papás que han vivido una experiencia como la mía. Duele, pero empieza a doler desde el amor. Un sentimiento infinito y eterno.

Porque, aunque después de una pérdida así todo se tambalea, el mundo sigue girando.

Y yo ahora…

…tengo una estrella.

182 Comentarios

  • Nayari Gutierrez

    Hola a todas un fuerte abrazo virtual mi caso es muy resiente muy parecido al primer caso q lei es un dolor y una trizteza tan grande q no te deja avanzar pero la vida sigue y hay q aprender a vivir con ello no c q tiempo tenga q pasar para q duela menos apenas va hacer un mes q mi estrella c fue al cielo mi angel hermosa solo pido a Dios un dia poder estar con ella mi Nur Aisha

  • Abigail

    Queridas todas…leer sus historias me hace sentir abrazada.
    Hace 3 semanas supe de voz del médico que mi princesa de 31 semanas ya no latía, y he de decir que como muchas de ustedes yo sabía desde dos días antes que algo no estaba bien pero no cabían en mi las palabras “esta muerta”, no ver que se moviera, no ver su corazón palpitante, no escuchar cada latido ha sido el golpe más duro de mi vida.
    Extraño mi panza, la extraño, no entiendo por qué y duele en el alma todo.
    Se que ella vino a enseñarme algo, pude verla y besarla y decirle que la amaba, todo al final de la cesárea; aún no entiendo por qué no pudo nacer si todo iba bien…duele.
    Mi bebé estrella brilla ahora en el cielo y yo le prometí que iba a salir adelante e iba a estar bien…un día a la vez.
    Gracias Virginia por tu historia. Reconforta.

    • Virginia del Río

      Abigail, te abrazo fuerte. Hay palabras que no se olvidan pero aprendemos a vivir con todo lo que nos trae la vida, aunque sea a golpe de dolor. Mucho ánimo y gracias a ti.

  • Ester

    Buenas tardes, mi nombre es Ester y quiero agradeceros todos vuestros testimonios,pues el mío es muy ,muy reciente y siento que se me va la vida.
    Mi marido y yo decidimos darle un hermanito/a a mi pequeño Iván,a pesar de que yo ya tengo 40 años para 41 y de que necesito ayuda para ello (fecundación in vitro). Pues bien,el proceso fue muy bien,pues lo conseguimos a la primera,al contrario que con mi primer hijo. El día de la beta fue el segundo más feliz de mi vida. Todo estaba yendo bien,hasta que nos fuimos de vacaciones en verano y tuve una gran hemorragia. Pensábamos que se había perdido,pero no fue así,ll que ocurrió es que se había divido en dos embriones y uno de ellos se había perdido, pero mi princesita Valeria había resistido como una guerrera y se había quedado conmigo. Todo fue bien hasta la eco de la semana 20,en la que le detectaron una dilatación en su ventrículo cerebral derecho,algo poco común. Ahora empezó nuestro calvario: primero analítica de un montón de virus para descartar que esa fuera la causa,luego ecos de control que demostraron que la dilatación seguía aumentando, y por último para confirmar el diagnóstico inicial de hidrocefalia o encontrar más hallazgos, una resonancia fetal. Esta última confirmó el peor de los pronósticos para mi princesa: hemimegalencefalia supratentorial derecha; una malformación muy rara que tiene muy mal pronóstico e incluso es incompatible con la vida. Después de esta demoledora noticia se nos planteó la posibilidad de llevar nuestro caso a un comité ético para que fuera estudiado y sopesar el hecho de interrumpir el embarazo. Finalmente este comité autorizó esta interrupción, a pesar de que yo ya estaba de 31 semanas de gestación. Ha sido la decisión más dura de nuestras vidas,pero sentimos que por el amor que le tenemos y le tendremos para siempre, es la mejor que hemos podido tomar. No por ello duele menos, pues yo siento un vacío inmenso en mi corazón, y se que tengo que seguir adelante y remontar por mi hijo mayor que solo tiene 3 añitos y medio; pero esto es un palo muy duro. Yo tampoco fui capaz de verla cuando me la sacaron la semana pasada, aunque mi madre sí que hizo una foto por si más adelante me arrepiento. Sin embargo, me estuve despidiendo de ella la semana antes de llevar a cabo la interrupción, cuando estaba dentro de mí. Siempre la voy a llevar en mi corazón y en mi alma. Yo también tengo un angelito ahí arriba, donde ya no sufre y vive feliz.

    • Virginia del Río

      Hola Ester, cuánto siento que hayas tenido que pasar por algo tan duro y que estés sufriendo. La vida a veces nos pone en unas encrucijadas tremendas. Perdona también el retraso en contestar, a veces se me acumulan los comentarios y la vida, en fin. El duelo es un camino oscuro pero hay luz al final. Desde mi experiencia te digo que no deja de doler, pero el dolor se vuelve más sereno y se hace compatible con la vida, que sigue su curso. Te mando un abrazo enorme y miles de besos.

    • Nathalia

      Tu caso es tan parecido al mío, acabo de perder a mi bebé hace 5 días y el dolor es que siento por dentro es más grande que el corporal. Todo parecía normal en la ecografía de la semana 13, pero por la cuarentena que hemos pasado no volvi a tener control gestacional, hasta la semana 30 que logre conseguir una cita y descubrí que mi bebé, al que yo sentía perfectamente bien, sentía sus movimientos, venía con hidrocefalia y espina bífida grave. También pase por el comité médico para poder pedir la interrupción porque lo que pasaba era incompatible con la vida. Me concedieron la interrupción y con 31 semanas tuve que decir adiós a ese pequeño ser que lleve con tanto amor. No tuve el valor de verla solo supe que era una niña. Ha sido como dices una decisión muy dura, la difícil que he tomado, pero sé que era la mejor. Por ahora me queda ser fuerte por mi niña de 5 años, aunque la tristeza me acompañe por un buen tiempo. Siempre llevaré en mi corazón a mi niña, mi pequeña estrella en el cielo.

    • Carlos

      Hola, encuentro tus palabras hermosas y no te mentiré, un poco reconfortantes. Mi esposa y yo perdimos a nuestra pequeña estrella este 6 de enero, aun recuerdo mi primera impresión, en el momento que su corazoncito no tenía latido se llevó un poco de los míos con el. Es difícil no ser el hombre fuerte que se supone debo ser con mi esposa porque es una mujer hermosa y ella es la fuerte en esta situación, no dudo que debe sentir un dolor inmenso incluso quizá peor que el mío, por ello admiro tanto sus abrazos, sus besos y cada te amo que sale de su boca.

      Mi mundo simplemente se deshizo con la pérdida de mi pequeño y aunque estoy más estable emocionalmente aún llegan momentos, momentos en los que gritas, lloras, maldices, corres y deseas que todo sea un sueño.

      Aún no se si superare esto, supongo que jamás, solo espero poder recordar toda mi vida a mi pequeñito sin sentir esa punzada que parece un cuchillo enorme en tu corazón, porque la gente no entiende que no, no lo conocí pero lo ame con cada parte de mi ser y que si, que podría tener más bebés pero yo no quiero más bebés, yo quiero a mi bebe.

      Agradezco mucho tu valor ya que solo quien ha perdido un hijo sabe lo que es morir aún estando con vida y me es reconfortante pensar que algún día tendré el valor también de seguir viviendo por mi pequeño milagro.

  • Teresa

    Como abrazan vuestras palabras, palabras de dolor pero con tanto amor… Ese amor que todos sentimos por nuestras estrellas, yo perdí a mi bebe en la semana 24, hace 4 meses, quien imagina por mucho que lees por mucho que te cuentan que eso puede pasarte a ti, yo dejé de sentir a mi hijo dar patadas pero de vez en cuando las contracciones que ya tenía lo movían dentro de mi y eso fue lo que me hizo no querer abrir mas los ojos y esperar una semana hasta la ecografía que tenía programada, yo sabía que algo no iba bien pero quien quiere pensar en eso quien quiere ir a que te den la peor de las noticias, así que cada día me consolaba cuando su cuerpo sin vida se movía en mí, y llegó el día en que me dijeron aquellas palabras “no tiene latido” y que os voy a decir es el dolor mas grande que jamás sentí, pero ahí no acaba todo aún hay mas dolor, parirlo, y aprender a vivir sin su cuerpo, porque estoy segura que su alma está conmigo y me abraza, y aquí seguimos aprendiendo con dolor mucho dolor porque ya debería estar en mis brazos y la vida no quiso.
    Gracias a tod@s por vuestras historias que ayudan mucho, consuelan y me llenan de esperanza cuando habláis de vuestros bebés arcoiris, porque aún que sienta el miedo mas grande del mundo algún día se que saldrá el sol. Un abrazo muy fuerte.

  • M Jessica

    Antes de nada, agradecerte por este blog donde nos podemos expresar y de alguna forma aliviar por un instante está agonía, porque el hablar y contar tu historia, nuestras historias nos ayuda a desahogarnos y vemos que no estamos solas, entonces te das cuentas que desafortunadamente esto les pasa a muchas familias.

    Navidad de 2017, se acababa el año con la mejor noticia, volver a ser mamá de mi tercer hijo. Inesperada noticia que nos llenó de alegrías. Comenzaba 2018, mi niño lleno de luz crecía en mi vientre, todo iba perfecto, mi niño estaba sano . Se hacercaba la fecha probable de parto, mi niño aún no nacía, llegamos a las 41 semanas de gestación, 06 de septiembre de 2018, día de monitores en el que llegue por fin de parto, por fin veía la luz, por fin iba a conocer a mi niño, por fin esta espera inacabable iba acabar, pero algo empezó a ir mal, muy mal, mi niño empezó con bradicardia cada vez que me daban las contracciones, me deriban para urgencias, todos corriendo, fue todo muy rápido, no entendía muy bien que ocurría, cesárea de urgencia, mi niño nacía por fin, y allí de lejos a pocos metros de mi estaba mi tesoro, tan indefenso, tan quietecito, la reanimación no tuvo su fruto, mi niño perdía la vida el día de su nacimiento y parte de mi se iba con él. Lo que tubo que ser un día perfecto y de alegrías se convertía en un día terrorífico, en el peor día de mi vida, en un segundo la vida te cambia, en un segundo todo se nubla, en un segundo el mundo al revés, tenía que enterrar a mi hijo cuando se supone q tiene que er al revés. Momentos muy duros me esperaban, en aquel fatídico día ni yo ni mi marido tuvimos las fuerzas necesarias para poder ver a nuestro hijo sin vida, algo de lo que estaré toda mi vida arrepentida, pero en aquel momento de tinieblas no podía verlo sin vida, no lo podía soportar, no podía creer que eso nos estuviera pasando a nosostros, siempre escuchas de lejos estás historias pensando que jamás te salpicaria…pero sí, a pesar de que todo el embarazo iba muy bien en el instante del parto mi niño no sobrevivió, lamentablemente nadie estamos libres de nada.
    La vida es muy dura, el destino es caprichoso que apenas punto su luz todo lo nubla.
    Pero ahí no acaba todo, si ya no fue lo suficientemente duro venirte a casa con los brazos vacíos y sin saber cómo afrontar esta tristeza y herida tan grande frente a mis dos hijas, me sube la leche a pesar de que me dieron la pastilla para que eso no ocurriera, pero no me hizo efecto, mis pechos llenos y preparados para alimentar mi niño, mi niño que ya no estaba, mi niño que voló a lo más alto del cielo.
    No podía parar de pensar en mi niño, me maldecía a mi misma y le pedía perdón por no ver tenido la fuerza suficiente para poder verme despedido de él como se merecía, no tenía ninguna foto suya, solo tenía el recuerdo de una sala fría donde mi niño perdía la vida con una mascarilla puesta en su lucha por la vida. Pensé que seguro en el hospital tenía que haber fotos previas a la autopsia y me puse manos a la obra, investigue y solicite la foto de mi niño, en primer lugar me dijeron que eso solo las hacian cuando hay marformaciones u otros (que no era mi caso), yo insistente y firme en que si existian esas fotografías seguí insistiendo, la segunda respuesta del hospital fue que esas fotos no están a disposición del usuario y solo me la darían por medio de un juez, ahí ya me derrumbe por completo, jamás iba poder conocer a mi niño, a la muchacha a la que le tenía que solicitar está documentación le expliqué el porque yo necesitaba la foto previa, yo no quería ver más allá, simplemente quería poder llevar mi duelo de la mejor forma posible y necesitaba conocerlo. Gracias a esta muchacha y a una médico que hablaron por mi, y que se preocuparon en mi caso, se reunieron con psicologos para saber que era lo mejor para mí, finalmente me llamaron para darme la mejor noticia de esta tragedia, me iban a enseñar la foto de mi niño, por fin lo iba a conocer y por fin iba tener su recuerdo. Fue gusto antes de semana Santa de este año 2019, el día que me citaron me desperté con una paz…con una serenidad…iba tener una foto de mi niño, de mi Pablo. Y a sin fue, pude tener su foto, sus hermanas lo han podido conocer y cada día lo puedo mirar, ojalá no hubiese sido de esta forma pero es la única que el destino me dejó. A día de hoy es una lucha constante por aprender a vivir con esta herida que no tiene cura, voy por la calle esquivando a mamis con sus bebés recién nacidos y a mi se me cae el alma, A pesar de tener dos hijas maravillosas en la tierra y soy feliz por ello, eso no quita de mi tristeza y está herida que siempre tendra una cicatriz eterna y dolorosa.
    A pesar de todo esto, la vida continúa y soy consciente de ello, hay que seguir en esta lucha, por mis hijas por una misma y por marido, por mi familia. Siempre hacia delante pero siempre recordando a mi niño. Siempre estará presente en cada latido de mi corazón.

    Gracias de nuevo por dejar que tantas familias podamos aportar nuestras historias y podamos desahogarnos. Un fuerte abrazo.

    • Virginia del Río

      Hola querida mamá. Gracias por compartir tu historia en este espacio, que es el de todas. Te leo con los ojos llenos de lágrimas. Te leo y me siento impotente porque me gustaría abrazarte y decirte que no te sientas mal por no haber podido ver a tu hijo sin vida. Es antinatural, ningún padre o madre se puede preparar para ese momento. Se supone que son ellos los que tendrían que despedirse de nosotros llegado el momento… Las personas que érais aquel día no pudieron despedirse de un hijo que se marchaba demasiado pronto. Pues es que es normal, cariño. Yo tampoco pude, esa imagen directamente me habría matado. No me arrepiento, porque ahora es un momento distinto. Sólo sé que hice lo que pude y a quien hace lo que puede no se le puede pedir más. Nadie en el mundo quería más a mi hijo que yo, y si no lo vi fue porque temía perder la cordura del todo. Un abrazo lleno de amor y ojalá que estés un poquito más serena.

    • M Jessica

      Hola.
      Muchas gracias Virginia, leo tus bonitas palabras con lágrimas en los ojos, decirte que en la distancia recibo ese abrazo tuyo con tus palabras de apoyo, y muchas gracias a mi amiga Olga que me recomendó tu blog. De alguna forma me reconforta contar mi historia y leerte y leer a tantas mamás y papás que desafortunadamente pasaron por lo mismo, y saber que no estamos solas. Un fuerte abrazo preciosa.

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