¿Será que no debía ser madre?

Todos mis recuerdos están ligados a la maternidad. Catalogados por fecha en la hemeroteca de mi memoria en la sección  “lo único que le pido al universo es ser madre”. Hay personas que cuentan sus vivencias teniendo como referencia las ciudades donde han vivido, los trabajos que han aceptado, o las parejas que han tenido. Las mías, se cuentan por episodios relacionados con mi instinto maternal.

 


Recuerdo la primera cita con un chico con el que estuve dos años. Creo que antes de saber si le gustaba el cine o viajar, le dejé claro que yo quería ser madre. Así, sin disimulo, sin estrategias. Él todavía lo recuerda con una sonrisa, y yo también.

 

Me acuerdo de haberme puesto a llorar hace años al enterarme de que una compañera estaba embarazada, mientras para mí eso aún quedaba tan lejos.

 

Mis últimos trabajos los catalogo con las siguientes etiquetas: aquí estaba  haciéndome los estudios en la clínica de reproducción asistida, aquí me acababan de llamar del hospital para decirme que no había tenido suerte, aquí llegué tarde a la oficina porque acudí a una revisión para medir mi endometrio y vigilar mis hormonas.

 

Las dos últimas casas donde he vivido eran de dos habitaciones, una para mí y otra para el bebé que tenía que llegar.

 

A veces paso por la planta infantil de alguna tienda y me traslado a un momento de mi vida en el que miraba la ropita de bebé con emoción.

 

Por el camino se han quedado parejas porque no queríamos lo mismo. Con el dolor que trae consigo dejar a alguien que quieres pero que no transita el mismo camino que tú. La única certeza que he tenido en mi vida es que yo deseaba ser madre, y me visualizaba con mi bebé en brazos.

 

Por supuesto creo que se puede ser muy feliz sin hijos, de hecho, pienso que nadie habla del lado oscuro de la maternidad, que lo tiene, pero esto da para otro capítulo.

 

Nunca olvidaré el día que me llamaron del hospital para darme la buena noticia: estaba embarazada. Desde entonces, todas las noches durante las 39 semanas que estuvimos juntos, me levantaba al baño de madrugada tocándome la tripa y pensando “wow, esta vez sí…”.

 

Así que cuando me comunicaron que el corazón de mi hijo había dejado de latir pensé que solo podía tratarse de una señal. Me volví tremendamente supersticiosa, estaba segura de que había pasado porque yo no debía ser madre. Pensé que quizá alguien que me quería muy mal me había echado un mal de ojos. O que tal vez no tenía que haber contado mi embarazo en redes, porque quizá eso me había traído mala suerte.

 

Me volví loca interpretando señales para justificar mis pensamientos irracionales, que yo consideraba racionales. Todo parecía una broma macabra del destino. Eso no me podía haber sucedido a mí si no tenía una explicación que también atribuía a mi culpa, a qué quizá no hubiera sido buena madre, a que tal vez mi hijo no hubiera sido feliz conmigo.

 

Ya no pienso así, todo un año de terapia me ha ayudado muchísimo a distinguir lo real de lo que no lo es. Pero después de hablar con mujeres que han pasado por la misma circunstancia que yo, me he dado cuenta de que era un pensamiento que muchas teníamos en común, como una trampa mental que te arroja a los infiernos.

 

El pensamiento mágico no tiene base científica, ni nadie mueve los hilos de tu vida más que tú misma. Hay cosas que suceden porque suceden, sin más. Aunque sea cruel e injusto.

 

Una receta que siempre funciona: mucho amor y mucha compasión, pero hacia ti misma. Tienes derecho a llorar y a sufrir, pero también lo tienes a seguir viviendo. No lo olvides.

16 Comentarios

  • Emi de la Llave

    Buenas tardes. He leido este artículo y la verdad que me ha resonado mucho. Yo nunca pude embarazarme, pero durante muchos años quise y tuve mucho deseo de ser madre. Finalmente no pudo ser. Tengo la suerte de ser psicóloga y psicoterapeuta gestáltica así que después de pasar por una terapia para colocar tan doloroso asunto, decidí hacer un taller para mujeres que no son madres y lo desean ó tienen un conflicto por el hecho de no ser madres. Ya se han llevado a cabo 3 ediciones del taller y con fabulosos resultados. Me parece imprescindible poder ayudar y acompañar a mujeres en grupo en estos procesos tan duros, silenciosos y solitarios.
    Aquí dejo mi blog donde también escribo artículos y el taller y quiero darte las gracias por escribir y nombrar todo esto.

    https://nosoymadre.com/ser-mujer-y-no-ser-madre/

  • Araceli

    La vida…a veces te da lo más increíble del mundo y en otras ocasiones te muestra su peor cara. A mi me gusta decir que las heridas no desaparecen…sino que cicatrizan y las del corazón requieren un tiempo especial. En mi caso la vida me regalo una hija pero luego me enseñó su parte oscura….perdí a mi pequeño a los 4 meses “su corazón se paró…se paró demasiado pronto…” y pensaba que la vida había sido suficientemente cruel conmigo…que no lo merecía. Me arme de valor..me despedí de. mi estrella y tuve esperanza…lo peor estaba por llegar.. a los 5 meses de mi tercer embarazo…con el miedo y la inocencia perdida detectan que mi pequeña solo tiene la mitad del corazón formado. 0% de probabilidad de vida..me lo.dicen 3 médicos distintos…y tengo q decidir y confiar en ellos y parar su vida. creo que no hay decisión más dura ….mi hija no se merecía nacer para.morir…esa pena me acompañará siempre….pero mis estrellas y mi hija mayor..me dieron la fuerza…necesitaba para reconciliarme con la vida…y llegó después de un embarazo horrible..mi cuarta hija.. Siendo mi hermana matrona…le reprochó la actitud de los sanitarios ante estas situaciones….ella me responde que es su barrera ..si.se llevasen todas las cosas a casa no tendrían fuerzas para levantarse al día siguiente

    • Virginia del Río

      Hola Araceli. No se trata de que se lleven el dolor a casa, eso ya nos lo quedamos nosotros… Se trata de que aprendan a consolar y a acompañar mientras estamos en el centro médico u hospitalario. Pero para ello es necesaria la empatía y muchas veces escasea… Muchos abrazos y mucho ánimo.

  • Mar

    Me siento tan identificada con tus palabras…yo he tenido 5 perdidas una de ellas de 20 semanas Sofía,he llegado a pensar que la vida no quiere que sea madre mil y una vez,incluso la sociedad así me lo hace creer muchas veces…con comentarios como bueno pues si no tienes que tenerlos sera por que no,el cuerpo es muy sabio,me han llegado a decir que si el de allí arriba no quiere que sea madre que aprenda a convivir con ello…y mil y una frases mas….que hacen sentirte dudar y pensar sera verdad que la vida no quiere que sea mama.?agradezco tanto que personas como tu den visibilidad y voz…por que hace mucha falta…muchísima!!!!un abrazo grande

    • Virginia del Río

      Gracias a ti; Mar, por compartir en este espacio tu historia.La mente tiende trampas y los comentarios de algunas personas a veces no nos lo ponen muy fácil. Lo importante es saber ver que la vida da azotes pero también nos trae cosas bonitas. Te mando un abrazo.

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